Días muy tristes los que hemos tenido los peruanos (o los que tienen conciencia de serlo) a lo largo de esta semana. Más de 40 personas están secuestradas por el grupo terrorista Sendero Luminoso y hasta este momento no se sabe absolutamente nada de ellos: no se sabe si pasan frío, hambre o si sufren maltratos por parte de este grupo de delincuentes y asesinos. La preocupación de los familiares de estas víctimas aumenta, ya que el día de ayer, ellos y todos nosotros hemos sido testigos de la sangre fría de estos senderistas y hemos recordado las peores épocas del terrorismo en el Perú tras lamentar la muerte de una joven policía llamada Nancy Flores, quien formaba parte de un operativo de rescate.
Las circunstancias de este lamentable suceso nos hacen dar cuenta de que no estamos preparados para reaccionar ante las acciones y los chantajes de los subversivos, pues de estar preparados, la difunta Nancy Flores y sus acompañantes (heridos de gravedad) jamás hubieran sido enviados a explorar una zona de conflictos con un sistema logístico inadecuado. Ya se sabe que ese helicóptero derribado estaba preparado para operativos contra el narcotráfico, más no contra el terrorismo. Es cierto que ambos demonios son aliados el día de hoy, pero no son la misma cosa y merecen ser diferenciados para confrontarlos de mejor manera.
Sendero Luminoso ha regresado y ha regresado con fuerza. No somos un país libre, pues tenemos territorios prácticamente gobernados por ese grupo beligerante para el que las leyes nacionales no significan absolutamente nada. Y lo más triste de todo esto, es que hay peruanos a los que parece no importarles que nuestra nación corra el riesgo de ser cercenada por este mal, algo que puede llegar a ser factible si las autoridades por las que hemos votado no hacen las reformas necesarias para evitarlo. Alguna vez, Lima, la Capital, estuvo cercada por terroristas; y tuvimos que llegar a ese nivel para entender y sentir el sufrimiento que desde años atrás sentían nuestras provincias. No podemos volver a permitir tantas maldades otra vez.
Qué indignante que la magnitud de este caso no haya sido advertida desde un inicio, como si hubiésemos tenido que esperar a que una persona muera para que el tema esté en boca de todos y se convierta de un día para otro en una preocupación nacional. Esto revela –nuevamente- el poco interés que muchos ciudadanos tienen por los problemas que enfrentan nuestro país, y es verdaderamente sorpresivo que los grandes medios de comunicación locales hayan sido partícipes de esta indiferencia. Diarios como El Comercio, Perú 21 y Correo han estado vergonzosamente aislados de esta realidad, y el oportunismo mediático de sus periodistas los ha hecho acercarse al tema recién ahora, tras olfatear sangre que le da mayor color a sus portadas.
En lo personal, me siento muy orgulloso de mi país, de su cultura, de su diversidad, de su historia… pero tenemos muchos problemas que no son congruentes a la idea de progreso que nos quieren meter en la cabeza, tarea de un sistema político en el que también participan los medios ya mencionados. ¡No estamos progresando! Y estas personas secuestradas, la policía Nancy Flores, los militares caídos en acción antisubversiva, la pobreza de los pobladores que sufren amenazas terroristas, el narcotráfico y muchos otros males nacionales son la principal evidencia de ello. Si verdaderamente hay progreso, este debe ser congruente. No se nota.
Foto Extraída de: lazosperuanos.blogspot.com
1 comentarios:
Lo que hace este caso mas interesante es que este tema vuelvio a renacer en esta escala durante el gobierno de Alan Garcia. Recuerdan los 80's? Esto es bastante deprimente, parece que todas los avances hechos durante la decada de los 90's se detuvieron.
Publicar un comentario