Han pasado más de quince años desde que la Asamblea General de las Naciones Unidas declarara al 17 de octubre como el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza. Bajo la misma concepción, los jefes de Estado y de Gobierno se comprometieron a reducir este mal a la mitad hasta el 2015, en la denominada Cumbre del Milenio. Más allá de acuerdos y reuniones, ¿qué se ha logrado?
Según el último balance del Instituto Nacional de Estadística e Informática, el Perú ha logrado reducir la pobreza en 3.1 porcentuales debido al incremento de los ingresos de los agricultores. De otro lado, este problema en condiciones extremas sólo ha disminuido un solo un punto hasta el 2008.
A margen del avance o retroceso de las estadísticas a nivel nacional, ciudades como Huancavelica, Apurímac, Ayacucho, Pasco y Puno todavía reclaman, y con justa razón, un trato más equitativo en la distribución de los recursos del Estado. Más aun, si ni siquiera se respetan sus derechos básicos de acceso a una salud y educación de calidad.
Mención aparte merecería el debate de qué es lo que el Gobierno entiende con desarrollo de los pueblos ya que para muchos, más allá de las cifras, la situación sigue tan igual o peor que antes. Definitivamente, un día para la reflexión que tendría que traducirse en políticas de trato igualitario en un país que supuestamente obra con justicia para todos.
0 comentarios:
Publicar un comentario