El jueves pasado, el congresista de Unión por el Perú Edgar Alarcón presentó en el Congreso unos audios en los que se escucha al Presidente, a sus asistentas Miriam Morales y Karem Roca, y al cantante Ricardo Cisneros en conversaciones diferentes. En sus diálogos se habla de traiciones, se discuten responsabilidades y beneficios y, lo más grave, se coordinan respuestas para la fiscalía en un caso de presunto tráfico de influencias.
Desde ese día, el Congreso ha presentado
una moción de vacancia contra el mandatario, IDL Reporteros ha dado cuenta de
conversaciones entre Merino y los comandantes de las Fuerzas Armadas (FF AA),
el premier Walter Martos ha pedido perdón a la memoria de Belaunde, la bancada
de Acción Popular (AP) se ha partido vergonzosamente, los congresistas que apoyaron
en un principio la vacancia se retractaron, el ministro de Energía y Minas,
Miguel Inchaústegui, ha demostrado que miembros de AP intentaron intimidarlo
para que traicione a Vizcarra, y el país entero ha quedado sumido en una
particular crisis política por un hombre que se hace llamar Richard Swing.
Cuestiones previas
En primer lugar, hay que saber
que el golpe de Estado, como concepto, se llama así porque lo ejecuta,
normalmente con apoyo de otros, el Estado Mayor; el órgano directivo de las FF
AA que reúne a los más altos mandos militares. Así, podríamos decir que un
golpe de Estado es un ataque contra la institucionalidad del país acometido por
una parte o por la totalidad del ejército, siempre que sean dirigidas por
comandantes de los más altos rangos.
Otro asunto que es necesario
aclarar es la sedición. De acuerdo al código penal, este delito se da cuando,
por la fuerza, se evita o se intenta evitar que las autoridades legítimas
cumplan sus labores, se busca desconocer la ley o impedir las elecciones. Es
decir, cuando se usa la violencia para alterar el orden institucional.
Finalmente, no está de más
recordar que, como en todos los países presidencialistas, en Perú el Comandante
en Jefe del ejército es el Presidente de la república. Él es quien puede, de
acuerdo a ley, desplegarlas, replegarlas, inspeccionarlas y, de ser necesario,
llamarlas para darles tranquilidad. No es el presidente del Congreso.
Vacancia de Vizcarra
Respecto a esto, es necesario
entender que cuando la Constitución menciona como causal de vacancia la
“incapacidad moral permanente” se refiere a enfermedades como la demencia
senil. Es cierto que el inciso se ha tergiversado en el pasado, en el caso de Alberto
Fujimori, pero incluso si se asume que se puede referir también a la falta de
ética y de valores democráticos, cabe preguntarse: las acciones de Vizcarra ¿suponen
incapacidad moral permanente?
Lo único que dejan en claro los
audios del Swing es que el mandatario
preparó una defensa que implicaba mentir a la fiscalía. Sin embargo, esta
mentira estaría en función de asumir visitas de Cisneros en las que no fue
Vizcarra quien recibió al cantante. Qué tan grave es esto, es un tema
debatible, pero parece no serlo demasiado si se compara con el único
antecedente válido que se tiene, el de la vacancia de Fujimori.
Con todo esto, a primera vista
podría parecer que la vacancia promovida por Édgar Alarcón y Manuel Merino es
legítima aunque polémica, pero no se puede soslayar el contexto en el que se da.
He ahí el gran problema.
Intento de Sedición
Evidentemente, las acciones de
Merino buscaron involucrar a las FF AA en un asunto político, atentando contra
su naturaleza no deliberativa. Su excusa de llamar a los comandantes para
darles tranquilidad solo es verosímil si puede probar que es el distribuidor
local de diazepam. De lo contrario, no tiene sentido que sostenga ese tipo de
conversaciones.
Es cierto que las comunicaciones
que se han hecho públicas hasta ahora, por sí mismas, no suponen ningún delito,
pero son más que suficientes para que el Ministerio Público inicie indagaciones,
lo que podría llevar eventualmente a sanciones penales porque, aunque la
sedición está fuera de discusión, también es delito la conspiración para
cometer sedición.
Según la ley, debe haber al menos dos conspiradores. Los chats publicados ayer por el ministro Inchaústegui prueban que MML no actuó solo, y todo análisis indica que retrasar las elecciones del próximo año era uno de los objetos del golpe fallido. Si la fiscalía puede demostrar que los distintos operadores coordinaron de algún modo sus acciones, solo quedaría probar la intención antidemocrática del complot, lo que no debería ser imposible.
Tantas veces respuestas a medias
Hace unos meses, luego de que el
Congreso aceptara la renuncia de Mercedes Aráoz, explicamos por qué ella debía
ser procesada por infracción constitucional y usurpación. Lamentablemente, a
pesar de las sólidas pruebas, las autoridades que podrían haber hecho algo al
respecto decidieron dejarlo pasar, quizás por desidia, quizás por un mal
entendido deseo de reconciliación o de pasar la página.
Hoy, las consecuencias de
decisiones como esa, tomadas una y otra vez a lo largo de varios años, varios
gobiernos y varias crisis, se vuelven palpables. La débil institucionalidad
peruana no podrá tolerar por mucho tiempo más golpes bajos como estos a menos
que se fortalezca, y no se fortalecerá jamás si los encargados de proteger esa
institucionalidad no actúan en consecuencia.