Las agencias internacionales de noticias presentan el escenario de Libia como una cruenta masacre por parte del presidente Muammar Gaddafi hacia su pueblo. Día y día se emiten por los diferentes medios de comunicación una lluvia de informaciones parcializadas frente a lo que ocurre. Pero qué sucede realmente. Qué pasa más allá del derramamiento de sangre.
El primer país africano en lograr su independencia luego de la Segunda guerra Mundial fue Libia. Seguidamente se estableció una monarquía al mando de Sidi Idris. Más adelante, se dio un golpe de Estado a cargo de Gaddafi, así Libia adquiere una orientación de izquierda. Desde esa fecha se declaró en contra de la política económica de EEUU.
Libia se encuentra en una zona petrolera junto con los demás países árabes, por consiguiente, cualquier situación que interfiera con la exportación del oro negro hacia la Unión EEUU y Europa (principales compradores) se debe de evitar de forma tajante.
El enfrentamiento entre los rebeldes enclavados en Bengazi -quienes buscan separarse- y las fuerzas armadas instaladas en Trípoli es un síntoma que no toleran los países imperialistas. Una guerra civil no les resulta rentable, por lo que han preparado una “invasión legal” para ello muestran una imagen sangrienta de Libia y la represión del mandatario Gaddafi.
La coalición EEUU, Reino Unido y Francia bajo las faldas del Consejo Superior de la ONU ha decretado una intervención militar y que se empleen “todos los medios necesarios para proteger al pueblo Líbano del régimen de Gadafi”. Pero hasta el momento ha producido la muerte de 48 personas y más de una centena de heridos. De esta forma pretende “evitar” un genocidio.
El poder de Occidente ansía mediante esta intromisión controlar la producción de petróleo, asimismo colocar a un títere al servicio de EEUU y de las transnacionales de hidrocarburos, aunque lo haya negado Nicolás Sarkozy. Así aconteció en Afganistán e Irak.
China, India, Rusia y Brasil han desaprobado esta irrupción. Además se ha presentado la propuesta de una comisión de paz por parte del presidente Hugo Chávez a la Liga Árabe para mediar en el conflicto y poner fin a esta ola de sangre, de desinformación y manipulación mediático.